a Ricardo Arriagada
He querido saber la suerte de las brujas del pasaje San Bernardo
del picapedrero donde se escondían los escondidos
de la pared del banco fulminada a pelotazos.
He querido saber por qué pasó temprana la muerte
un día por ahí
qué fue de esa piba a un bondi de distancia
por qué, y es sólo una pregunta,
existía otra ciudad cruzando Juan B. Justo.
En suma, me he preguntado más bien tarde
si es posible el recuerdo del recuerdo,
su espuma que moja los dedos
del recuerdo de este olvido.
y qué sentido tiene entonces
venir a evocar la pared descascarada
si no es para decir que fuimos otros.
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