domingo, 1 de julio de 2012

Discursos sobre el territorio




De la geografía digital a la enciclopedia geográfica impresa*

I.
 La forma en que la geografía analiza el mundo que la rodea ha cambiado bastante a lo largo de los años. Nuevas maneras de estudiar la relación del hombre con su espacio se imbricaron con novedosas técnicas para recabar datos, así también con formas de comunicar su volumen creciente. La tecnología digital y el desarrollo de Internet han impactado profundamente en las ciencias que estudian el territorio, tanto en el ámbito de la enseñanza, como en el de la divulgación al poner a disposición de un público más amplio mayor cantidad de información.
 Existe una multiplicación de imágenes del mundo con un acceso cada vez más rápido a las mismas, al menos para quienes tienen la posibilidad de acceso a las tecnologías de la información y comunicación (tic). Es por esta razón que los datos georreferenciados -datos que se relacionan con un posicionamiento en la superficie terrestre- adquirieron una mayor demanda de organización, para lo cual existen emprendimientos dedicados a brindar estos servicios, algunos muy conocidos como Google Earth o Virtual Earth. La representación que tenemos del espacio terrestre no es ajena en parte alguna a estas imágenes a las que accedemos en forma de noticias, lugares exóticos, curiosidades, etc.
 Imaginemos por un instante cuál podía ser la visión que del espacio se tenía antes de esta revolución geotecnológica. Un papel importante en esa construcción de representaciones la tuvieron sin duda las enciclopedias dedicadas a acercarnos noticias e información sobre paisajes, regiones, costumbres, lugares a los cuales no se accedía fácilmente, por más cercanos que estuvieran. Si pudiéramos remontarnos a los años ´50 -lo cual no parece tan lejano en la historia de la ciencia- podríamos observar que entonces las cosas fueron un poco diferentes a como son ahora.
 En ese pasado que evocamos se editó una enciclopedia -más precisamente una suma- que se llamó "La Argentina. Suma de Geografía". La misma salió al público en 9 tomos desde 1958 hasta 1962, editada por la casa Peuser. Uno de los objetivos principales que tuvo fue actualizar el conocimiento que sobre el territorio se tenía hasta el momento. Ya desde el prefacio escrito por los editores se advertía que el libro estaba destinado a llenar un vacío en la literatura científica del país. Tal vacío sería el de contar con información precisa y abundante ante la necesidad de que los emprendimientos editoriales cooperen en la construcción de la ciencia argentina suministrando un instrumento serio y preciso para la investigación.




II.
 Un entramado complejo que relacionamos con el momento histórico en que fue pensada la enciclopedia a finales de los años 40´s constituyó las condiciones de producción de esta enciclopedia que estuvo bajo la dirección de Francisco de Aparicio y Horacio Difirieri y en la que trabajó un nutrido grupo de especialistas en "pensamiento territorial" marginado -o que se sentía excluido- de las instituciones oficiales de la ciencia al momento de recabar y preparar la información.  La peculiar vinculación entre el campo geográfico y el campo político que se produjo ante el hecho peronista contribuyó a definir perfiles marcados de las disputas académicas. Las fuertes antinomias crearon dos campos de alianzas; se trató de dos espacios de desarrollo intelectual de la geografía que quedaron constituidos y posicionados en fuerte oposición. Por una parte, el grupo de profesores que permaneció en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y que fue parte activa en el proceso que llevó al reconocimiento de de la carrera dentro de instituciones universitarias; por otro, el grupo vinculado a la figura de Francisco De Aparicio, el cual realizó la labor de la primera enciclopedia académica de la geografía y estuvo relacionado con la reformulación de la carrera luego de 1955.
 Las opciones político partidarias de los grupos en pugna coincidieron, de alguna manera, con diferencias entre científicos naturalistas (concepción en la cual la geografía poseía un carácter más físico en la interpretación del territorio) y aquéllos más volcados a explicaciones en las cuales la construcción del espacio tenía fundamentos humanísticos. Estas dos perspectivas nos señalan el perfil que se estaba forjando dentro de la disciplina en momentos en que se iniciaba la institucionalización y en circunstancias en las que se delineaba una identidad diferenciada de otros profesionales de las ciencias de la tierra. La Suma, por tanto, se vinculó con una opción por un pensamiento más humanista dado que por primera vez aparecen temas que se vinculan a lo que entonces se denominaba geografía humana.
 Esta obra monumental adquirió un doble carácter. Si por una parte se inscribió en la búsqueda de construcción de una ciencia especializada, por otro lado apuntó a ser material de consulta para lectores ilustrados, aunque legos en la materia. De esta manera imaginaron un lector ideal: los hombres de ciencia que dispondrían de una obra abarcativa y minuciosa, propia también para la enseñanza, y dirigida a aquel público cultivado que fuera el principal nicho de consumos culturales en pleno proceso de ampliación del público lector que se estaba produciendo en esa época.
 La idea de contar con información que tuvo aquél emprendimiento no nos aleja de las motivaciones actuales, por más ceros y unos que detenten los datos digitales. En todo caso, podemos intentar explicar las necesidades particulares a las que obedecía esa búsqueda, bajo qué teorías se realizaba y qué representaciones del país se brindaban en ese momento.
 La experiencia editorial de la enciclopedia legitimó las posiciones de los autores frente a otros sectores académicos. Así mismo, esa posición fue construida en consonancia con una agenda de temas y problemas de investigación que las determinaciones históricas reclamaban. Las mismas se relacionaron con cierto optimismo por el papel del Estado como articulador del crecimiento del país, con una intención de hacer dialogar los aspectos culturales con los naturales para describir las formas en que un grupo humano se había organizado y, en ese sentido, con una profunda convicción sobre la necesidad de conocer las potencialidades del país para un mejor aprovechamiento de los recursos en función del desarrollo. ͏


* Nota publicada en Enlace Universitario -espacio de la Universidad Nacional de Mar del Plata en Diario La Capital- domingo 1 de julio de 2012, Mar del Plata. http://www.mdp.edu.ar/index.php?key=6405